sábado, 1 de julio de 2017

La fenomeno Peronismo ĉiam disputita en Argentino.

ARGENTINO HAVAS NUN NEOLIBERALISMA REGISTARO, kiu gajnis eĉ fare de malmultaj voĉoj fine de 2015, kaj kiu tuj  komencis la detruon de ĉiuj sociaj avangaĵoj kiujn ĝuadis la popolo favore nun de la entreprenistaro kaj riĉularo de la lando. Daum la antaŭ peronisma-"kiiĉnerisma" registara periodo oni devis rezisti la batojn de la "vultura kapitalismo" kaŭze de la heredinta eksterlanda ŝuldo.
La nova neoliberalisma registaro tuj pagis la vulturaj maljustaj ŝuldoj, sub la gvido de la IMFonduzo,,, ktp kaj reprenis novajn eksterajn ŝuldon el ducentmil milionoj da dolaroj... eĉ je centajara pagperiodoj. La afero estas apogita de fota amasmedia reto, plena de menzogoj, kaj promesoj de estonta bonfarto...
Kune al la inflacio, kaŭze de la libera kotizo de la dolaro kaj la reimportado de varoj, la detruon de la propra industrio, komenis kun miloj de laboristoj senlaborulaj...
Tiel la nuna situacio de la lando estas tre malstabila, kun ĉitagaj manifestacioj surstrate, ktp.

Nun en oktobro oni deva denove voĉdoni por la ŝanĝoj de deputitoj kaj senatanoj en la Parlamento, do la socio-politika agitado pliigas...tra la partio partoprenontaj kaj la popolo.

Hodiaŭ  la 1-a de Julio, oni datrevenas la forpason en 1974 de la iama Prezidento JUAN DOMINGO PERON, kaj jen artikolo pri la afero, en la hispana lingvo. 


Foto historica DE 1952, Peron de luto por la muerte de EVA.
 
a 43 años de la muerte de Peron. 

Cuando Perón murió hace 43 años, el peronismo era ya un territorio en disputa, y vaya si lo era, y como se intentaba dirimir esa disputa. No importa hoy hacer revisionismo histórico para intentar situarnos en aquel entonces para desentrañar como fueron las cosas, tanto como señalar que esa condición de territorio en disputa del peronismo, es tan vieja como su propia existencia histórica. 

Como todo movimiento nacional amplio y policlasista, tuvo desde siempre la capacidad de contener en sus límites diferentes tradiciones políticas y asumir la representación de distintos sectores sociales, partiendo de una columna vertebral que fueron los trabajadores. Y tuvo también lugar para el arribismo de otros sectores hipocrtamente disfrazados o traidores de los historicos ideales de Peron y Eva.

Con Perón vivo (y en el exilio, con grandes dificultades impuestas por la distancia) su liderazgo casi indisputado (subrayamos el "casi" porque no faltaron los intentos de construir "el peronismo sin Perón" en vida del propio Perón) podía sintetizarlas, y cuando ya no pudo hacerlo más, las cosas fueron como fueron. Eran otros tiempos, y otro contexto: la guerra fría, la división del mundo en bloques, la esperanza/fantasma del socialismo, o el
irremediable final del capitalismo que se prometía/vaticinaba.

Sin embargo a la hora de conducir las disidencias y las disputas, entre los apresurados y los retardatarios, entre "los que tiran desde la izquierda y los que tiran desde la derecha", Perón no dudó nunca en una cosa: el rumbo, la dirección; con la proa del barco siempre puesta hacia la construcción de un país más justo, que contuviera a todos sus habitantes reconociéndoles dignidad y derechos, que fuera a su vez autónomo y digno de respeto en el mundo, que se integrara a los pueblos hermanos del continente, que controlar los resortes claves de su estructura económica. Que fuera en suma, una nación libre, y no una granja colonial. 

Aquéllo que vio en Europa y en un pais gobernado por el golpe militar de 1930, en medio del desastre de una guerra mundial lo hizo replantearse un proyecto economico-politico-social, que impulso junto a Eva a partir de 1945.

Muchos olvidan que Peron tenia sangre tehuelche, aborigen, autoctona, de parte de su madre, como San Martin tenia sangre guarani, de madre aborigen. Fue la voz de la sangre que llevó a estos dos heroes a consagrarse al servicio de una patria, libre y socialmente justa. Tanto los ideales de San Martin como el El peronismo sigue siendo el verdadero y unico proyecto nacional, que identifica a millones de argentinos desde hace mas de 70 años como movimiento politico. 

Luego de muerto Perón, vinieron otras acechanzas: el horror de la represión indiscriminada (que ya se vislumbraba en las cacerías de la Triple A), la destrucción de la industria, el empleo y la movilidad social; y ya restaurada la democracia, la tentación del vaciamiento ideológico y la asimilación al régimen (es decir, del vaciamiento del sentido histórico del peronismo); otra vez dominante en clave neoliberal, el nuevo nombre de la misma ignominia de siempre. Tentación en la que muchos dirigentes del peronismo con Menem a la cabeza cayeron, en nombre del pragmatismo político y del deseo de "ganar como sea", porque el peronismo es un partido de poder", olvidándose para que se tiene el poder; al menos si uno se dice peronista. Y en nombre de ese pragmatismo vaciado de sentido (pero no inocuo en términos políticos) desde el peronismo y en su nombre se corporizó el mayor ensayo intentado hasta hoy -hasta esta restauración oligárquica que nos gobierna- de demoler concienzudamente la Argentina peronista; con tanta eficacia como las peores dictaduras pergeñadas desde el gorilismo más o menos explícito, o incluso más. La astucia del régimen -que nunca renunció al imperativo de hacer desaparecer al peronismo, ni lo hará- le permitió comprender que lo que no pudo quebrar era más útil si se lo intentaba asimilar. 

Lo que denota la trascendencia política que tiene hacia el conjunto de la sociedad argentina la disputa al interior del peronismo, y allí que siempre sea este movimiento el campo de ensayo de todos los intentos de seducción, cooptación y divisionismo; muchas veces facilitados desde adentro. De ese marasmo neoliberal que lo dejó reducido a un conjunto de tolderías polìticas comarcales (haciéndole perder su sentido nacional, y aun continental), condenadas a la esterilidad política y sin capacidad de incidir decisivamente en el rumbo del país, lo rescataron los gobiernos de Néstor y Cristina. 
Con los errores y las limitaciones propias de toda experiencia política en tanto experiencia humana, el kirchnerismo volvió a colocar al peronismo en el rumbo de sus mejores tradiciones históricas, aquéllas que remiten a sus propósitos fundacionales y a su justificación ante la historia: no hubo en ese sentido después de los del propio Perón en la concreta experiencia histórica argentina, gobiernos más peronistas que los de Néstor y Cristina. 
Algo que por supuesto y por obvias razones eligen cuidadosamente olvidar -o peor aun, discutir- los que hablan de "la renovación del peronismo", y se ofrecen a construir el "post kirchnerismo"; o a "erradicar" del peronismo el "virus kirchnerista", para que supuestamente vuelva a ser "el peronismo de Perón". Un esfuerzo en el que la línea entre lo que pueden ser genuinos ensayos de "autocrítica" y revisión de los errores que se cometieron (la mayoría de las veces, los que cometieron otros) y los intentos más o menos desembozados de volver a uncir al peronismo como buey del carro neoliberal, es cada día más delgada. Tanto que ya casi no se la puede distinguir. 

De modo que el peronismo hoy, a 43 años de la partida física de Perón, sigue siendo el territorio en disputa por excelencia de la política argentina, y el que por su peso gravitacional en las tradiciones políticas de millones de argentinos -aunque nada garantiza que siempre será así- suele determinar hacia donde se inclina el fiel de la balanza; por acción deliberada o por omisión culpable.

La disyuntiva entonces es muy clara, tan claro como Perón tuvo siempre el rumbo de su movimiento: o vamos hacia un peronismo que se proponga como alternativa política de ruptura drastica y contra el nuevo experimento oligárquico y neoliberal en acelerada construcción que es el macrismo, o marchamos otra vez a un peronismo acomodaticio a la gobernabilidad que en el fondo consolida a este regimen destructivo del pais y todas las conquistas sociales aportadas juntamente por el peronismo de Peron y Eva y retomadas por Nestor y Cristina.

Y en ese marco es, entonces, que debemos comprometer todos nuestros esfuerzos para que el rumbo del movimiento que él creara sea el mismo que siempre debió tener; el que él se empeñó en mantener hasta el último día de su vida; que quedó plasmado en la sencillez contundente de aquellas tres banderas históricas y fundacionales: construir una Argentina socialmente justa, económicamente independiente y políticamente soberana.- /1 de julio 2017/

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