https://en.wikipedia.org/wiki/Internet_of_thing
The Internet
of Things (IoT)
is the network of devices such as vehicles, and home appliances that
contain electronics, software, actuators,
and connectivity which
allows these things to connect, interact and
exchange data.
The
IoT involves extending Internet
connectivity beyond
standard devices, such as desktops, laptops, smartphones and tablets,
to any range of traditionally dumb or
non-internet-enabled physical devices and everyday objects. Embedded
with technology, these devices can communicate and interact over
the Internet,
and they can be remotely monitored and controlled.
NI ESTIS TRO NAIVAJ KAJ NI RESTIS KAPTITAJ EN LA TUTA TERA TEKSAĴO...
NUN KOMENCOS NIA TUTA SKLAVIĴO. NENIU POVOS LIBERIGI EL LA RETAJ ARANEAĴOJ. TAMEN -HO VE!-LA 99% DE LA HOMARO NE KONSCIAS PRI TIO.
La invasión digital de los cuerpos y las mentes
Sally Burch
ALAI AMLATINA,
22/01/2019.- Ya no es
novedad para nadie que el uso de Internet trae crecientes
problemas de
privacidad y seguridad. Sería un error pensar que son fallas del
sistema; más
bien son la esencia misma del actual modelo de desarrollo de
Internet, que
responde a los intereses de grandes corporaciones –y de agencias
de seguridad–,
antes que de los usuarios.
Los
datos, que son el oro de la nueva economía, representan la
conversión en
formatos digitales de rasgos de comportamiento de personas y
grupos sociales.
No sólo lo que expresan o exteriorizan al interactuar en
Internet, sus
búsquedas, intereses y redes de contactos, sino también, y cada
vez más, datos
biométricos de los cuerpos, junto con los pensamientos, gustos,
dolencias y
estados de ánimo que todo ello desvela, y que los aparatos
inteligentes,
cámaras, sensores y algoritmos son cada vez más expertos en
captar e
interpretar.
Para las
empresas que explotan Internet, la privacidad es un estorbo a
sus ganancias.
Pero como saben que para sus usuarios eso es un contrasentido,
buscan nuevas
maneras de extraer sus datos, con o sin su consentimiento. Allí
entra la
“Internet de las cosas”… Si te pueden convencer que un auto que
monitorea cómo
manejaste protege mejor, que una cama inteligente te ayuda a
dormir, y que la
“condición necesaria” será compartir estos datos con la empresa
proveedora,
allí está el negocio redondo. Una fuente inagotable de datos
para vender a
empresas de seguros, de somníferos, incluso a entidades
políticas.
Se estima
que hoy en el mundo hay entre 10 y 20 mil millones de aparatos
conectados a
Internet. Algunos pronósticos prevén que con las conexiones 5G,
que
transmitirán a una velocidad mucho mayor, se podría llegar a un
billón en pocos
años. Con los espacios públicos invadidos de cámaras y sensores
y con 8 o 10
aparatos “inteligentes” en cada hogar, hasta la privacidad más
íntima
prácticamente dejará de existir.
Pero
posiblemente esto no es lo más grave. El 5G, que es la condición
para esta
Internet de las Cosas, ya está en fase de experimentación y se
espera
masificarlo a partir de 2020.Como sólo funciona a corta
distancia, se prevé
instalar antenas cada 10 a 12 casas en áreas urbanas, lo que
aumentará
enormemente la exposición a estas radiaciones. Muchos estudios
científicos
señalan la nocividad de esta exposición, con evidencias de
efectos
cancerígenos, estrés celular, aumento de los radicales libres
dañinos, daños
genéticos, cambios del sistema reproductivo, déficit de
aprendizaje y memoria,
trastornos neurológicos e impactos negativos en el bienestar
general. Y efectos
nocivos también en animales y plantas.
Es más,
ni siquiera las zonas rurales y remotas escaparían a estas
radiaciones, ya que
se prevé instalar satélites de baja órbita para llegar a todos
los rincones de
la tierra, con efectos posiblemente aún más dañinos. Miles de
científicos de
todo el mundo han firmado peticiones (como por ejemplo éste,
en versión español, que invita adhesiones
aquí 5gspaceappeal.org)
pidiendo que gobiernos y organismos multilaterales pongan una
moratoria al
despliegue de la tecnología 5G, al menos hasta hacer los
estudios de impacto
adecuados.
¿Qué
alternativas existen frente a este proyecto desquiciado de
sociedad que busca
mercantilizar lo más íntimo de nuestros cuerpos y nuestras
mentes, al precio de
someternos a un experimento tecnológico de alto riesgo para la
salud y el medio
ambiente?
No es que
la tecnología digital en sí sea mala; podría traer grandes
beneficios a la
sociedad, siempre que la humanidad establezca prioridades para
su desarrollo,
como el principio de precaución y estudios de impacto antes de
generalizar
nuevas tecnologías; y colocar los derechos humanos por encima de
intereses
mercantiles. Es más, ya existen iniciativas de desarrollo de
Internet con
criterios más humanos, bajo modelos descentralizados, como las
redes libres:lo
que llamamos la “Internet ciudadana”. Con inversiones adecuadas,
éstas se
podrían ampliar y perfeccionar, si bien podemos esperar
resistencia e intentos
de cooptación por parte de las fuerzas que controlan Internet.
Una
Internet de las Cosas masiva, bajo un modelo centralizado en
manos de
megacorporaciones o gobiernos, no responde a ninguna necesidad
social real;
pero a estas alturas, parece que sólo un amplio movimiento
ciudadano podría
frenarla.
- Sally
Burch, periodista
angloecuatoriana, es directora ejecutiva de la Agencia
Latinoamericana de
Información (ALAI) y miembro del grupo coordinador del Foro
Social de
Internet/ALC. Participante en el Foro de Comunicación para la
Integración de
NuestrAmérica (FCINA).
Artículo
publicado en el suplemento de NODAL.am, Internet,
¿emancipación o
dominación?
URL
de este
artículo: https://www.alainet.org/es/ articulo/197691